lunes, 21 de mayo de 2012

Cero jugadores

Las máquinas son pretenciosas, no pueden aceptar algo obvio que les resulte contradictorio como el hecho de no poder ganar a un juego.

Joshua no es capaz de pronosticar que hay juegos a los que no puede ganar porque no puede aprender de la misma forma que un humano.

Qué mejor forma de aprenderlo que poner al supercomputador a jugar al tres en raya contra sí mismo.


Empieza despacio para ir subiendo de velocidad y terminar frenética e inevitablemente con el mismo resultado, cada partida acaba en empate.
Tras acabar con el tres en raya comienza a combinar todas las variantes que el juego de la guerra termonuclear puede generar, viendo en las pantallas las numerosas simulaciones de todos los bandos de todos los países posibles y en todos los casos la conclusión es la misma, no hay ganador.




El superordenador llega a la conclusión de lo extraño que resulta ese juego ya que la única forma de vencer es no jugar y así se lo cuenta a su creador, el profesor Falken.



Joshua: Saludos Profesor Falken.
Falken: Hola Joshua.
Joshua: Extraño juego. El único movimiento para ganar es no jugar.


¿Y vuelve a querer jugar ofreciendo a Falken una partidita de ajedrez?.

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